Crisis del subte: tienen que intervenir los trabajadores

Los trabajadores y su sindicato deben intervenir

La aprobación en el Congreso del proyecto que transfiere a la Ciudad el subterráneo y 33 líneas de colectivos no terminará la disputa acerca de a qué gobierno corresponde hacerse cargo de estos medios de transporte. El macrismo ya anticipó que en la Legislatura votará un proyecto que rechaza toda transferencia que no sea acompañada de las partidas presupuestarias correspondientes, o en su defecto que la transferencia incluya también al puerto y al juego. De esta forma, las cosas van derechito a la Justicia y deberá decidir la Corte Suprema. Se abre un largo impasse cuando aún, además, sigue la duda de que hará el gobierno con la custodia del subte por parte de la Policía Federal. La UTA ya declaró que irá nuevamente a un paro si se retiran los efectivos policiales.

Crisis política

En la cuestión de la transferencia del subte la UCR ha votado en el Senado junto al kirchnerismo. Lo que se juega es si la UCR privilegia un acuerdo con Macri o con el FAP (si es que antes no se fractura), para 2013. El sector de Lozano y la CTA proponen abstenerse, mientras el GEN y Roy Cortina (PS Capital) proponen votar en contra. Lo que queda del Peronismo Federal tampoco aceptó votar a favor de Macri. Bloques anti-K votarían con el gobierno en el Senado. El peronismo opositor quiere desbancar un liderazgo presidencial de Macri.

Una intervención obrera

La muerte de un trabajador en uno de los talleres de la Línea D muestra que la crisis del subte tiene como principales víctimas a los trabajadores, que deben desarrollar sus tareas sin las medidas de seguridad adecuadas, y a los pasajeros, que deben hacer frente a un tarifazo para un servicio pésimo e inseguro. El paro convocado por la AGTSyP, con una adhesión total, fue arrancado por la base ante las vacilaciones de una dirección sindical cooptada por el gobierno.El impasse al que han llegado los dos gobiernos está determinado por la crisis más general del transporte público, de la política de subsidios que el kirchnerismo quiere pero no puede reducir y por la complicidad de todos los bloques políticos con Benito Roggio.

G.S.