jueves, 29 de julio de 2010

Asamblea del taller Rancagua rechaza ingreso a CTA de Yasky-K

El taller Rancagua. Bastión histórico de la lucha del Subte.

Una importante asamblea del taller Rancagua (bastión histórico de la lucha del subte), que congregó mayormente al turno tarde, rechazó la resolución de una parte del Cuerpo de Delegados (29 votos contra 16) de ingresar a la CTA. Esta decisión fue tomada sin una deliberación previa de las asambleas de sección y luego de un largo período de desgaste, en que un grupo de dirigentes se lanzó a una campaña de afiliaciones individuales como si el sindicato del subte no existiera como tal. La asamblea del taller Rancagua rechazó el ingreso a la CTA y reclamó, asimismo, a los delegados partidarios del ingreso, quienes se acercaron a la asamblea para influir en el voto, que iniciaran un debate en las bases, en el se incluyera también la demanda del reconocimiento del sindicato y un plan de lucha por reivindicaciones largamente pendientes. La resolución de la asamblea consistió en comprometer a los tres delegados –referentes de la mayoría del cuerpo de delegados, aunque no pertenecientes al taller– a llevar al Cuerpo de Delegados el planteo de que se revise la resolución tomada y se debatan las diferentes posiciones sobre el tema en las distintas líneas del Subte. Los opositores a la integración a la CTA han puesto énfasis en que el ingreso debe ser votado en la base y, en caso de efectuarse, debe estar presidido por un programa. En la actualidad, el aparato de la CTA está al servicio del gobierno K y, de acuerdo a su principal vocero, Hugo Yasky, la tarea eminente de la CTA debe ser garantizar la victoria de los K en las elecciones de 2011. Con este fin, ha armado un notorio frente público con Hugo Moyano. En una palabra, el ingreso a la CTA de los compañeros del Subte avala la integración de los sindicatos al Estado e incluso a una camarilla de gobernantes. Es lo que hace Roberto Fernández de la UTA -el enemigo Nº 1 de la existencia de un sindicato independiente de los trabajadores del subte. Entre los delegados que votaron el ingreso sin consulta a la CTA, hay una fracción abiertamente yaskista y otros que no pertenecen a ella pero que creen que la CTA puede ‘proteger’ a nuestro sindicato no reconocido y, en lo que a ellos respecta (y a los partidos a los que pertenecen), adquirir mayor notoriedad como dirigentes sindicales.

Cabe aclarar que una primera reacción de los compañeros del taller ante el anuncio de la incorporación del sindicato a la CTA fue plantear la desafiliación de los trabajadores del subte al nuevo sindicato. Debe entenderse como una respuesta instintiva a lo que se veía como un atropello a la democracia sindical, que es el valor más reivindicado –y con mucha razón– en el subterráneo. La resolución tomada sobre la CTA, a espaldas de los trabajadores, había sido impulsada por el grupo de delegados que más utiliza la reivindicación de la democracia para oponerla a la actividad de los partidos políticos, con exclusión, claro está, de los punteros que manda el gobierno desde la burocracia sindical o el Ministerio de Trabajo. La postura de desafiliación se modificó en el curso del debate, como era previsible, y fue reemplazada por el reclamo de reorientar a la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro.

CdM

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