jueves, 3 de junio de 2010

Subte: el nuevo sindicato no puede "coexistir" con la UTA

El jueves pasado, una patota de menos de diez elementos de la UTA paró el tráfico de la Línea B del subte desde las cuatro a las seis de la mañana, bloqueando la salida de trenes desde el taller Rancagua de Lacroze. Presionaban con ello el ascenso de un grupo de su gente. La medida culminó con la apertura de una negociación con la empresa, cuyo resultado por ahora es desconocido. Los trabajadores de la línea y los talleres manifestaron su profundo repudio por esta patoteada aislada e inconsulta.

Lo que importa de la noticia no es la contundencia de la medida, que afectó sólo una hora de trasporte de pasajeros en una franja de bajo caudal, sino la impunidad con que la burocracia de Fernández actúa. Pocos días atrás, en el sector auxiliares de la misma línea, los delegados del nuevo sindicato (AGTSyP) tuvieron que apelar a una amenaza de medidas de acción para que se admitieran afiliados propios en un concurso de ascensos a boleteros, que estaba saturado por aspirantes adictos a
la UTA. Entre ellos, elementos provocadores, fichados como golpeadores de la patota burocrática (además, de legajo impresentable).

La situación se ha tornado intolerable: mientras al gremio votado y reconocido masivamente por los trabajadores no se le ha concedido un solo reclamo en los últimos seis meses,
la UTA firma acuerdos salariales por cuenta propia; recibe un subsidio por el valor de 5,5 millones de boletos por “formación”; recauda aportes de la totalidad de los asalariados, afiliados o no a la UTA (los que corresponden a no afiliados –más del 80%– lo aporta la patronal, con subsidios del Estado); controla el ingreso de nuevos trabajadores e impone su gente en la mayoría de los concursos y ascensos.

Se ha agotado el “engaña pichanga” del Ministerio K, que, acorralado por los paros del año pasado, inventó una ficción de “tutela sindical” para los genuinos delegados, consistente en perder el tiempo, elevando reclamos a las oficinas ministeriales, sin ningún resultado, mientras se mantienen todas las prerrogativas a la burocracia de UTA. La visita de
la OIT al país fue utilizada para dar un poco más de aire a este engendro, pero se cortó ese carretel.

Ha caído el velo: hay reclamos de los trabajadores sobre ascensos y categorías, condiciones de trabajo, salubridad y seguridad, y ahora también el aumento salarial con vistas a la reapertura de las negociaciones en agosto. Estas reivindicaciones son inseparables del reconocimiento del nuevo sindicato. Y éste, a su vez, es incompatible con la existencia de
la UTA en el subte. Necesitamos un plan de accion.

Esta realidad, que hay que encarar de frente, no se puede reemplazar por medidas de organización internas de
la AGTSyP, por más interesantes que ellas sean. Ni por acciones propagandísticas generales. Hay que poner el cuerpo para abrirnos nuestro propio camino.

CdS

1 comentario:

Anónimo dijo...

AGTSyP debe mejorar en el tema prensa, xq hace 10 años q trabajo en la empresa y una semana despues me entero q el paro lo hizo la UTA.