miércoles, 28 de octubre de 2009

Impresionante paro de la Línea E

Por tercera vez en menos de un mes, la respuesta a una provocación burocrático patronal surge desde la base, esta vez de la Línea E. Un patotero, luego identificado como elemento de la UTA, sorprendió por la espalda al delegado Paletta, de limpieza, mientras éste instalaba información escrita del nuevo sindicato del subterráneo. El agresor, que, se supo, estaba respaldado por cómplices en los alrededores, con tremenda trompada le rompió el tabique nasal al compañero, al tiempo que lo increpaba por pegar carteles. Y luego huyó, mientras el delegado yacía 30 minutos en el suelo, asistido por sus compañeros pero sin auxilio alguno de la empresa o su servicio médico. Hasta que, acompañado por los trabajadores, el Same lo trasladó al hospital Argerich, donde constataron las lesiones y se comenzaron las primeras curas.
Como un reguero de pólvora la noticia recorrió la línea y en un solo acto los delegados paralizaron el tráfico de la Línea E y el Premetro en su totalidad. La indignación y la bronca se difundieron al resto de las líneas y en un momento estuvo a punto de generalizarse el paro. Al no poder coordinarse en su totalidad, una asamblea de la E y el Premetro en estación Virreyes, resolvió mantener la medida hasta el final de la jornada.
La delegación de Recursos Humanos que se hizo presente en la línea, fue increpada por delegados y activistas que hicieron responsable a la patronal por permitir el libre accionar provocador de la patota de la UTA. Y ahora reclaman la expulsión del elemento de esa oficina, que hizo correr en los medios que se trató de la agresión de un pasajero al que el delegado le debía dinero. Otro reclamo de los compañeros está vinculado con que la ART se haga cargo de la atención médica, ya que no quiere reconocerlo como lesión en el trabajo. Y han comenzado demanda judicial contra la empresa por abandono de persona, por no haberse ocupado de la atención al agredido.
Un par de conclusiones deben extraerse. La patota de la UTA actúa bajo el paraguas, de hecho, del Ministerio de Trabajo, que se niega a reconocer al nuevo sindicato y desprotege a sus representantes electos. Y en complicidad directa con la patronal, que establece zonas liberadas para los ataques arteros de los matones de Fernández.
Políticamente se confirma, ahora taxativamente, que la respuesta a las provocaciones patronales están en manos de las líneas y talleres, su activismo y sus delegados de base. Las líneas B, H, E y varios talleres, salieron a resolver mediante la acción directa lo que patronal, burocracia y gobierno quieren mantener cajoneado en el ministerio. Se impone un reconocimiento “de hecho” cuando los trabajadores utilizan los métodos obreros de la lucha de clases.
Según estas experiencias es fundamental que al paro general de 19 a 22 horas, votado por el Cuerpo de Delegados para este jueves 29, se le dé continuidad con una fuerte medida de los tres turnos, con movilización y una agenda de medidas progresivas. Es absolutamente seguro que las organizaciones obreras y de la juventud, que jugaron fuerte en el conflicto de Kraft, van a estar al pie del cañón.

S. V.

El Subte debate la lucha de Kraft

En medio de un debate sobre el plan de lucha del Subte, un sector del Cuerpo de Delegados planteó que la huelga de Kraft había sido una derrota que no hay que repetir, y que ella se debe a los métodos de huelga “salvaje” que se emplearon. El MST coincidió con estas posiciones. En resumen, mientras el país cree que las luchas de Kraft y del Subte integran un movimiento común en la clase obrera, este sector opina todo lo contrario. Pero, entonces: ¿de qué lado están? Este planteo compromete el rumbo histórico del sindicalismo combativo del subte, donde una enorme cantidad de activistas se han formado en el enfrentamiento a la patota de la UTA, a la patronal de Benito Roggio y al gobierno kirchnerista, aprendiendo sobre su naturaleza política y de clase.
¿Qué deberían haber hecho los obreros y activistas de Kraft ante el despido de la totalidad del Cuerpo de Delegados y de la Comisión Interna en su conjunto? Los críticos de la lucha de Kraft han olvidado que el movimiento del Subte comenzó hace más de diez años cuando se produjo el despido de un compañero, uno solo, lo que paró a las líneas. Es sorprendente que se diga que el corte de la Panamericana es una acción ‘salvaje’ en un gremio que se ve obligado, en la lucha, a bloquear el transporte de centenares de miles de personas. Como muy pocos activistas hablan por hablar, este enjuiciamiento negativo a la lucha de Kraft deja en evidencia una orientación que se asemeja a la de las burocracias de la CTA y hasta de la CGT; este sector llegó a reivindicar la construcción sindical de Moyano. El mismo Moyano que apoya a la UTA y rechaza el reconocimiento del sindicato del Subte.
Huelga salvaje quiere decir contra la ley, o sea contra la conciliación obligatoria, pero que en el caso de Kraft el gobierno se negó a renovar, precisamente para que la patronal tuviera campo libre para los despidos. Pero el rechazo a la conciliación es lo que han hecho los docentes de Córdoba capital, contra Schiaretti, y de la Ciudad, contra la conciliación de Macri, o las huelgas petroleras de Santa Cruz. En Kraft, la interna respetó todas las conciliaciones violadas por la patronal. La conciliación obligatoria es una institución anti-obrera, que tiene su origen en las dictaduras bonapartistas en Europa, que precedieron al fascismo. En Argentina, fue restablecida por la dictadura de Onganía. En oposición a las conciliaciones, voluntarias u obligatorias, defendemos la soberanía de las decisiones de las asambleas obreras. La eliminación de la democracia sindical por parte de la burocracia, es parte del régimen de la conciliación obligatoria. Daer desautorizó esta lucha en función de su atadura a la patronal y al Estado (y a la Embajada norteamericana). El ataque a la lucha de Kraft, desde el Subte, sigue una línea que se manifestó en el ataque de este mismo sector a la huelga del Casino, en 2007, y en su slogan de ‘cavar trincheras junto a la burocracia’. Pero no se pude desarrollar un movimiento intersindical clasista como compañeros de ruta de lo que se reconoce como burocracia sindical.
Es claro que los piquetes, cortes de ruta y marchas multitudinarias a Plaza de Mayo, impusieron un límite al golpe patronal de Kraft; de lo contrario, la organización en la fábrica estaría hoy en ruinas (en manos de Daer). Esta lucha contribuyó al despertar de nuevas organizaciones del movimiento obrero, por ejemplo la nueva Comisión Interna de Arcor, de Salto, que reclamó una hora de paro de todo el gremio de la alimentación en defensa de Kraft en la reunión de “los cuerpos orgánicos” que convocaron Daer y Morán para no apoyar a los obreros. Mediante la lucha, los obreros de Kraft enfrentaron el bloqueo a que los sometieron las burocracias de Moyano y Yasky. En lugar de ofrecer un manual contra las derrotas de las luchas, los que las critican debieran denunciar ese bloqueo de la burocracia y ayudar así a su victoria. La burocracia de los Yasky y De Gennaro no pudieron recorrer los 35 kilómetros que van a Kraft, pero sí los 1400 para respaldar a la puntera kirchnerista Milagro Sala, de Jujuy.
La lucha de Kraft estuvo asociada a la lucha del Subte. Ambas llegaron a coincidir en un paro de tres horas en un mismo medio día, e incluso con otro piquete de metalúrgicos de Tatsa que ocupó la fábrica y cortó la General Paz. Estas luchas forman parte de un proceso que se originó en el Subte, en ocasión de la lucha por la jornada laboral de seis horas.
La denuncia de la lucha de Kraft, por parte de una de las fracciones más importantes del Subte, tiene un carácter marcadamente oportunista, pues deja de lado las luchas que se ganaron con los mismos métodos de Kraft: la ocupación de Cive, de Pilkington o la gran huelga petrolera del norte santacruceño, o el acampe de Massuh. Los que no ganan nunca son los burócratas, como se ve en los docentes o en la traición a las luchas de Mahle y Paraná Metal.
El balance que esa fracción hace de la lucha de Kraft apunta, como es obvio, al futuro del plan de lucha del Subte. En el Subte, las cosas hierven: ante cada provocación patronal y de la patota se producen paros casi semanales. La patronal y la burocracia están jugadas a no reconocer la organización gremial de la base ni el nuevo sindicato.
Defendemos la lucha de Kraft y llamamos a todos los movimientos independientes de la burocracia a unirse con un definido programa político-sindical.

N. P.

viernes, 23 de octubre de 2009

Tomada y el "expediente" de la CTA

Horas antes del arbitraje en favor de Kraft, contra la huelga de los obreros de la alimentación, Tomada hizo declaraciones lapidarias contra el otorgamiento de la personería a la CTA. No es casual el encadenamiento, porque el arbitraje kirchnerista fue todavía más pro-Daer que pro-Kraft, puesto que le dejó al debilitado geronte de la alimentación la llave de todo el proceso sindical interno de la fábrica. Es decir que Tomada encarriló el conflicto de tal manera que, colaboración final del PCR mediante, todo se mantuviera en los carriles del sindicato de la alimentación. Una victoria terminante contra el burócrata podría haber abierto la ruta a una nueva organización sindical, tal cual están las cosas en un sindicato de la alimentación que Daer controla con los “boliches” y el fraude de los padrones. El arbitraje de Tomada devolvió al ex secretario de la CGT de los gordos un protagonismo presente y futuro que había perdido por completo en una fábrica cuyos votos para comisión interna son más que los votos de todo el sindicato con los que se impone Daer habitualmente. Aún cuando curiosamente la propia interna de Kraft y las otras de Pepsico y Stani no presentaron lista en el último turno electoral del STIA.

Para Tomada “no se puede tomar de un día para otro una resolución que cuestiona 60 años de modelo sindical”. Verdaderamente no se sabe si este hombre necesita un psicólogo o un especialista de Carta Abierta en cuestiones de “lenguaje”. Porque, precisamente, no hay otra cosa en discusión que una firma –de un minuto al otro–, en un trámite de 15 años de antigüedad, cuando la burocracia sindical peronista que dirige los sindicatos hace 60 años se cae de a pedazos envuelta en la corrupción, la fragmentación sin fin de ella y del PJ, y en enormes huelgas contra sus dirigentes.

Para el ministro, el reclamo de la “central alternativa”, como le gusta llamarse a sí misma la CTA, “está radicado en un expediente que tiene sus dificultades”. Seguramente tiene razón, si uno mira lobbistas como Zanola, que logró impunidad para autoelegirse cuando está por ir a la cárcel o nenes como Moyano, Belén, Barrionuevo o Venegas, no caben dudas de las dificultades. El punto es que todas las fracciones del decadente sindicalismo peronista están agarradas del Estado y de las prebendas de todo orden en punto al monopolio del ejercicio sindical.

Pero el problema de los problemas que ha exasperado hasta el desborde verbal al propio Yasky (“usan el fallo de la Corte de papel higiénico”) es que también para la CTA, en cualquiera de sus fracciones, más o menos kirchneristas, el lugar de la “central alternativa” se gana en los expedientes.

Ninguna de las fracciones de la CTA ha jugado papel alguno en la huelga de Kraft, más bien se han cuidado como de mearse en la cama de avalar sus “métodos” de huelga: ocupación de instalaciones, piquetes y cortes de ruta y, “vade retro”, de unidad con el movimiento estudiantil.

Para Yasky y De Gennaro “Tomada tiene que terminar con su doble discurso de libertad sindical en la OIT y de unicato sindical en la Argentina, ya superado por el fallo de la Corte de noviembre de 2008” (sitio web de la CTA). La esencia de estas llorosas declaraciones es que para la CTA el reconocimiento de la Central pasa por un cambio de frente de la burguesía, por convencer a sus políticos y jueces de que la libertad sindical es mejor a las “instituciones de la democracia” que las actuales mafias centralizadas. En criollo: que su central de “nuevo tipo” es más eficiente para “encauzar y contener el conflicto”.

Pero el problema es que Yasky ha batido récords de paros por abajo, contra sus topes salariales en los sindicatos de Ctera, y que ahora el propio Tomada se enfrenta a tener que arbritrar sobre un caso de fraude escandaloso contra uno de ellos: el Suteba La Plata, por parte justamente de los “transparentes” del centroizquierda sindical. Tampoco se deben olvidar el ministro y la UIA de la rebelión descomunal en Fate y el Sindicato del Neumático, nave insignia industrial de la CTA, que tuvieron que controlar con despidos y la misma infantería que Scioli envió a Kraft. O del dilatado conflicto de Paraná Metal, que hace poco desbordó cortando la Panamericana otra vez en la ceteísta UOM de Villa Constitución.

El punto a considerar tanto por el activismo del Subte que lucha por su propio sindicato, como por las nuevas direcciones como la de los compañeros del sindicato azucarero del Ingenio El Tabacal, surgida de una ocupación de planta o por los obreros telefónicos dirigidos por una asociación estratégica CGT-CTA cada día más kirchnerista y pro-empresas telefónicas, o por los compañeros de Atrana, el nuevo sindicato de Radio Nacional que lucha contra la patronal “audiovisual” kirchnerista, es que el reconocimiento de las nuevas direcciones del movimiento obrero como los cuerpos de delegados tipo Kraft y los nuevos sindicatos tipo Subte, pasa por un movimiento independiente de la clase obrera y no por ponerle pilas al expediente de la CTA.

Las grandes luchas de la etapa, como la de Kraft o los paros del Subte, han puesto a las burocracias de la CGT y la CTA en una misma vereda de domesticación del movimiento obrero. La lucha contra los despidos y por los salarios, la recuperación de los cuerpos de delegados y seccionales, la organización antipatronal en los lugares de trabajo y por el reconocimiento de las nuevas organizaciones sindicales, incluso de la personería de la CTA, pasa por la expulsión de la burocracia y la construcción de una nueva dirección en los sindicatos, clasista y asociada a la construcción de un partido político de la clase obrera.

N. P.

miércoles, 21 de octubre de 2009

LAS LÍNEAS MARCAN EL CAMINO

Con un fuerte paro de tráfico, la línea H frenó la sanción aplicada a un delegado que realizó un cambio de turno con un compañero, por la necesidad de acompañar a un familiar enfermo. Fue Como casi un calco del anterior paro de la línea B, ante una idéntica provocación de la patronal. Aquí también la predisposición de la base para defender a sus delegados saldó por la vía de la acción directa este extendido conflicto, provocado por la insistencia de patronal y gobierno (Ministerio) de ignorar a la genuina representación de los trabajadores. En pocos minutos, la jefatura de Recursos Humanos se avino a solucionar el conflicto. Es evidente que no entienden otro lenguaje.
No se puede dejar de mencionar un par de hechos más. En la línea A los trabajadores siguen resistiendo los intentos de la empresa de promover a guarda a un elemento de la burocracia, por encima de los compañeros en lista de espera por su antigüedad. Y en el taller San José, que dio la pelea por las espantosas condiciones de seguridad laboral y el reconocimiento de los accidentes de trabajo, se logró la reincorporación a sus tareas de un compañero accidentado, que la patronal mantenía sin alta, en el freezer. No sólo eso, se están implementando una serie de mejoras de seguridad.
La importancia de estas batallas parciales, desde abajo, es que indican la temperatura positiva de la base para ir por el pliego de reivindicaciones, por la apertura de relaciones formales del cuerpo de delegados con la patronal y por el reconocimiento del nuevo Sindicato del subte. Esto es, hay que retomar el plan de lucha donde lo dejamos, en el contundente paro de 6 a 9hs.
Mientras tanto se han iniciado gestiones para interesar a un sector de parlamentarios en el tema del reconocimiento del nuevo sindicato.
Bienvenida es toda solidaridad. Lo que sí no correspondería es pasar del plano de la lucha obrera a un terreno parlamentario, en el mejor de los casos discursivo. Si vienen los legisladores, que vengan a apoyar las medidas de acción que resuelvan las asambleas y el cuerpo de delegados.
Por eso damos tanta importancia a la lucha de las líneas. Ellas marcaron el camino, como lo marcó la gran lucha de Kraft.

Ahora es cuando
, la oportunidad es favorable. El gobierno apuntó a distraernos y no pudo. Apuntó a quebrar por dentro la huelga de Kraft y no pudo; tuvo que mandar la infantería como lo había hecho con nosotros. Y tampoco quebró la resistencia.

Porque esos métodos no pueden parar el proceso conciente del movimiento obrero. Las mafias de los Zanola, los Moyano y los Fernández están en el horno.
Los Yasky no son alternativa, porque en 40 días de huelga, la CTA tampoco movió un dedo por Kraft, como no lo movió nunca por el Subte.

Hay que retomar el plan de acción; especialmente cuando se trata de torcer el brazo de un poder que no se muestra predispuesto a ceder por las buenas; por el contrario, Tomada acaba de declarar que el expediente de reconocimiento gremial de la CTA “tiene dificultades” ¡Qué esperar para el expediente de los luchadores del Subte, de claro perfil antiburocrático y combativo!

Nuestra posición:


Las asambleas de líneas y talleres tienen por delante encarar sus reivindicaciones por sector (como la H, como la B) y dar mandato para los nuevos pasos en el plan de movilización general del subte por el reconocimiento del nuevo sindicato.

Vamos con un paro que abarque a todos los turnos!!!

Reconocimiento YA del sindicato de los trabajadores y su Cuerpo de Delegados.

FUERA LA POLICÍA DEL SUBTE!!!

En los últimos días, una multitud de efectivos de la Federal, ha irrumpido en los talleres y las líneas.
El pretexto es que vigilan contra los atentados como los de la línea D. Pero a nadie se le escapa que esos atentados fueron provocados por una patota funcional a la patronal. La prueba es que nadie fue detenido, nada fue investigado, silencio total. Tratándose de una patronal que cuando se para un tren, inmediatamente le echa la culpa a “medidas de fuerza ajenas a la empresa” ¿Y ahora?
Nadie ignora que la patronal de Roggio pacta con la UTA y conspira con ella y con la complicidad del Ministerio contra nuestro sindicato y contra nuestros delegados. La patronal sanciona y persigue, el Ministerio (gobierno) nos ignora.
La provocación constante la vivimos todos los días. De allí el conflicto de la B, el de la H, el de la A.

Saquemos entonces compañera, compañero, nuestras propias conclusiones.
El papel de los atentados en la D, de la rotura de vidrios en Constitución el  día del paro, es la  provocación con que justifican la instalación de la Policía Federal en los túneles. Para amedrentarnos. Como en Kraft – Terrabusi, pretenden militarizar el Subte. Ya hubo sectores que tuvieron que amenazar prácticamente con un paro, para que los policías no se cambien en nuestros vestuarios, donde hacen exhibición de armas. Y no se acerquen a amedrentar a los compañeros que se reúnen por un motivo sindical.

Compañeros:

No debemos permitir esta nueva provocación. Las asambleas de las líneas y el Cuerpo de Delegados deben considerar el punto y tomar resoluciones concretas.


- Fuera la policía del subterráneo!!!
- No a la militarización de Metrovías!!!
- Libertad de acción al Cuerpo de Delegados
- Reconocimiento de nuestro sindicato YA!!!

Se reincorporó el compañero Ricky al taller San José

Luego de haber sufrido un accidente de trabajo, producto de la caída de un radiador de tren en su cuerpo, que derivó en una operación de columna y siendo responsable la empresa CAF por no brindarle las medidas de seguridad, ha logrado reincorporarse al plantel estable de trabajadores del Taller San José el compañero Ricky Paletti, dejando atrás su situación de reserva de puesto laboral producto de la negligencia de la ART y la desidia de la propia empresa CAF.
Debido a  la solidaridad y la importante lucha que dieron los compañeros del taller San José, consistiendo en un quite de colaboración, enfrentando los aprietes y amenazas de la jefatura, para poner en evidencia la falta de seguridad e higiene con el fin de resguardar nuestras vidas; y para que no vuelva haber otro Ricky, la empresa respondió con 13 sanciones, desconociendo la gravedad del asunto.
Hoy, la empresa CAF y Metrovías, luego de nuestra lucha están invirtiendo en el taller en todas las cuestiones de seguridad e higiene, conforme a las denuncias y reclamos presentados.

Brindamos por la vuelta de Ricky, porque ya lo tenemos con nosotros.
Hemos dado un importante paso adelante contra la política del Servicio Médico, la cual atenta contra la estabilidad laboral. Que el caso de Ricky sirva de ejemplo en la lucha conjunta para solucionar efectivamente los casos que al día de hoy siguen pendientes.

Agradecemos a todos los trabajadores y delegados del subterráneo que nos brindaron su apoyo. A los compañeros del taller Rancagua; a los compañeros del taller Constitución; a los talleres Canning, Congreso de Tucumán y taller Bonifacio.
A los compañeros que juntaron firmas: Línea A – Línea B - Línea D – Línea C – Línea H - Línea E.
A la Agrupación ATM ; a La Banda del Turco.

Taller San José - Línea C

Christian Paletti                        Matías Cisneros
Delegado                                     Delegado


ASOCIACIÓN DE TRABAJADORES DEL SUBTE Y PREMETRO
(AGTSYP)

jueves, 15 de octubre de 2009

La clase obrera ante la crisis mundial

Cuadro de situación


La cadena de suicidios de trabajadores en France Telecom (FT) –veinticuatro desde inicios de 2008 y con otros trece intentos fallidos– es un testimonio desgarrador de la realidad de la explotación capitalista. FT emplea a más de 100.000 trabajadores en el mundo, 65.000 en Francia. La empresa fue privatizada en 1997 y desde entonces fueron echados 70.000 trabajadores en sucesivas “racionalizaciones”.

A partir de 2008, en consonancia con el desencadenamiento de la crisis capitalista, FT lanzó una ofensiva despiadada para lograr el retiro anticipado de miles de trabajadores. Forzó, en estos últimos tres años, a cambiar de lugar de trabajo a 10.000 dependientes, con des-localizaciones obligatorias y cambio de tareas, asignando incluso personal técnico a oficinas de ventas y centros de llamadas. Son variantes de un régimen de flexibilidad laboral que tiene matriz inglesa (el programa Orange) y que tiene por fundamento, según un periodista especializado en relaciones laborales: “destruir sistemáticamente todo trabajo colectivo que pudiera representar un obstáculo al ascenso del individualismo” (Página/12, 20/9). “Nos han establecido objetivos imposibles de alcanzar, cambiando la gente de los puestos bruscamente, bajo el pretexto de que si seguimos largo tiempo en una posición, uno no es eficaz”, denuncia una trabajadora (Clarín, 15/9).

La perversidad del régimen es escalofriante: de un día para otro un trabajador es enviado a cubrir un puesto a 50 ó 100 kilómetros, ningún responsable intermedio permanece en el puesto más de tres años –una consigna tomada del ejército e inspirada en evitar que los jefes se encariñen con sus empleados y puedan ser una traba a las sucesivas “modernizaciones”. Rige la consigna “una llamada, una venta”, y exige, a la vez, la destrucción sistemática de todo núcleo sindical. FT justifica este orden dictatorial en la gigantesca batalla comercial que la enfrenta a otros pulpos y en la mutación tecnológica en el terreno de las comunicaciones. Lo que viene a decir es que los otros pulpos hacen lo mismo que ella.

France Telecom es sólo la punta de un iceberg que sube implacablemente a la superficie como consecuencia de la bancarrota capitalista. El 29 de enero de este año hubo en Francia manifestaciones obreras con más de 2,5 millones de personas. Fue encabezada por una serie de consignas ambiguas, suscriptas por las ocho centrales sindicales. Asimismo, tuvieron lugar paros generales con movilización el 29 de enero, el 19 de marzo, el 1º de Mayo... Esta serie de paros y movilizaciones fueron concebidos para descomprimir una situación de deliberación política profunda en todas las capas sociales explotadas y oprimidas frente a la ofensiva capitalista.

En Francia, Inglaterra y España, como en otros países, la ofensiva capitalista significó, antes que nada, el despido masivo de transitorios y precarios, pero comienza a golpear a una franja del proletariado estable y amenaza con el cierre de grandes empresas (en especial sucursales de las automotrices). A la vez, se ha puesto en discusión profundos cambios en la legislación laboral de la Unión Europea. A mediados de 2008, los ministros de empleo de la Unión aprobaron la nueva directiva de tiempo de trabajo, que hubiera permitido ampliar la jornada laboral máxima a 65 horas semanales, con el visto bueno del Reino Unido, Francia e Italia. La norma fue rechazada por el Parlamento Europeo a fines de ese año, pero la decisión no cerró la cuestión porque “Gran Bretaña y otros países, en especial los ex comunistas, anunciaron que persistirán en su iniciativa” (entre estos “otros” países se encuentran, de nuevo, Francia e Italia) (Clarín, 18/12/08). En julio de 2009, “la posibilidad de trabajar los domingos en las zonas turísticas está creando un debate fenomenal en el país, cuando los diputados franceses vuelven a examinar la ley sobre el trabajo dominical” (Clarín, 9/7).
Otro motivo de deliberación es la aplicación de la Directiva Bolkestein, que establece el Principio del País de Origen (PPO), lo que permite a una empresa ofrecer un servicio en un país diferente al suyo bajo el amparo de las leyes del país donde tiene su sede(1).

En los días subsiguientes a la huelga del 29 de enero, estallaron paros en dos plantas de Renault contra la supresión de la prima de participación obrera en las ganancias; en Guadalupe y Martinico se produjo la extraordinaria huelga general. La huelga en estos territorios fue dirigida por la coalición LKP -“Rebelémonos contra la explotación”, que unió a 49 sindicatos y organizaciones sociales y levantó un programa de 132 reivindicaciones encabezado por 450 euros del salario básico. Arrancó 200 euros de aumento y la rebaja de un 20 % de un centenar de productos de primera necesidad.

En Francia se propagaron las huelgas, ocupaciones de plantas, movilizaciones, bloqueo de rutas y toma de rehenes. Este último aspecto fue destacado con temor por la prensa mundial, porque es un termómetro del caldeado ánimo de las masas.

Hay una participación creciente de obreros industriales en las huelgas generales. En los conflictos de fábrica más importantes y duraderos (Continental y Lear, como ejemplos) se ha votado la elección de comités de huelga. En cuanto al programa, en el caso de la fábrica Caterpillar, los trabajadores enfrentaron una “racionalización” capitalista que significaba despedir 733 obreros de un total de 2.500 en toda Francia con la exigencia del reparto de las horas de trabajo. “Hemos propuesto pasar a 32 horas, pero la dirección no ha querido saber nada”, dio a conocer uno de sus dirigentes. En cuanto a la elección de los comités de huelga se trata de una reacción frente al sabotaje de las direcciones sindicales. Cada planta decide por su cuenta y las “jornadas nacionales de movilización” canalizan la tensión y le dan respiro a la ofensiva.

Otro componente de enorme peso es la intervención de la juventud estudiantil y de los barrios. Las universidades se ocuparon, en Francia, a favor de la huelga de los docentes e investigadores, que duró más de dos meses. “Desde un punto de vista global, nuestro mercado es tan flexible como el de los Estados Unidos o el Reino Unido. El problema del mercado francés se debe a que sólo un 15% de las personas está en la franja de los contratos precarios” (declaraciones de un empresario en www.usinenouvelle.com.ar).

En Inglaterra, a fines de mayo, estalló una huelga en la refinería Total de Lindsey. Allí, una unidad de desulfuración fue subcontratada a una empresa siciliana, Irem, que reemplazó la mano de obra británica por 200 trabajadores italianos y portugueses no sindicalizados. Los obreros ingleses, sospechando que se habían violado las normas sobre salario y condiciones de trabajo, fueron a una huelga caracterizada de inmediato como salvaje porque no tuvo el apoyo del sindicato oficial. Aunque los medios y el gobierno lanzaron una campaña contra las huelgas chauvinistas, se paralizaron veinte centrales y refinerías en todo el país. Los huelguistas enfrentaron la legislación laboral, adoptada bajo Margaret Thatcher y sostenida por el Nuevo Laborismo, que prohíbe y castiga las huelgas de solidaridad. Aunque las pancartas decían “empleos británicos para trabajadores británicos”, ese slogan nunca formó parte de las reivindicaciones del comité de huelga electo que, por el contrario, exigían las mismas reglas para todos los asalariados cualquiera fuese su nacionalidad. La consigna nacionalista fue dejando el lugar a otra: “trabajadores de todos los países, unámonos”. Finalmente, el movimiento de la refinería de Lindsey terminó el 4 de febrero con un acuerdo que estableció la creación de 101 puestos suplementarios, fuera de los otorgados a portugueses e italianos, y el reconocimiento del derecho de los sindicatos a controlar las condiciones laborales y remunerativas de unos y otros (“La mentira de las huelgas racistas en Gran Bretaña”, Le Monde Diplomatique 165, julio de 2009).

En España, la crisis capitalista se abate sobre los trabajadores en forma concentrada y está en desarrollo una crisis política general. Existe un ascenso vertiginoso de la desocupación, con un millón de parados en un país que ha pasado a encabezar rápidamente el ranking de desocupación en toda Europa (18,5% y proyección de 20 hacia el fin del año). El acuerdo de negociación colectiva, centrado en el salario, no se ha renovado por primera vez en seis años. Los sindicatos reclaman un aumento del 2% y la central empresaria considera que deben subir entre el 0 y el 1%, sujetos a otras concesiones de los trabajadores. La central empresaria está lanzada a una agresiva política de guerra social, planteando una reforma laboral que incluya el abaratamiento del despido (en España se paga 45 días por año trabajado al empleado efectivo al que se despide y la patronal reclama bajarlo a 16). El millón de desocupados ha agotado el seguro de desempleo y el gobierno ha lanzado un seguro de 420 euros por seis meses para desocupados que tengan ingresos inferiores al 75% del salario mínimo, previendo llegar a sólo 600.000 desocupados de una cifra que se estima mucho mayor. La ofensiva de las patronales apunta, además de la rebaja de las indemnizaciones, al congelamiento salarial 2009-2010. El movimiento obrero no atina a responder a los furiosos golpes que asestan los capitalistas: las huelgas en el primer período del año han llegado a su nivel más bajo en cinco años.

(1). “Un ejemplo palpable de la aplicación del PPO sucedió en la ciudad sueca de Vaxholm, donde una empresa letona ganó un concurso de construcción y se consideró libre para aplicar a sus trabajadores el salario letón” (www.nmadnews.wordpress.com).

Christian Rath

jueves, 8 de octubre de 2009

El subte retoma el plan de lucha

No caminan las maniobras del kirchnerismo sindical

Un nuevo paro, esta vez en hora pico, conmocionó de nuevo a la Capital y al movimiento obrero. Se ha retomado el plan de lucha.
La semana pasada se levantó un paro votado, en función de una reunión del Cuerpo de Delegados con el Ministerio de Trabajo. La novedad generó un debate: un sector opinó que era un error levantar la medida dada la experiencia de las reuniones previas, que sólo pretendieron diluir el plan de lucha. En este caso, todo olía a una intención del gobierno de patear el conflicto del subte para adelante, para distanciarlo del de Kraft y descomprimir así el momento de tensión social y política por las luchas obreras.
Así fue. El funcionario del Ministerio aclaró que no había convocado nada, sino que le habían pedido a él una reunión y no sabía de qué se trataba. Aparentemente, esa cita fue arreglada por un burócrata de Foetra Buenos Aires, de la CTA, que incluso se comunicó con el funcionario durante la propia reunión. O sea una maniobra del sindicalismo transversal kirchnerista para postergar el paro.
El otro dato saliente de la semana fue la movilización de la CTA, a la que asistieron unos 150 trabajadores del Subte. La plana mayor de la CTA evitó anunciar cualquier medida de solidaridad con la lucha del Subte y con Terrabusi.
Resulta notable que una central que se reivindica alternativa y que pretende aglutinar a los nuevos sindicatos que surgen en la Argentina no intervenga en los grandes procesos de luchas obreras que pugnan por su propio reconocimiento. Los elogios de las agrupaciones pro-CTA que militan en el Subte resultan forzados, no expresan el proceso político de los obreros del sector.
En este cuadro, la resolución de un concurrido y debatido plenario de delegados del sábado 3 de octubre cayó de maduro: retomar el plan de lucha. El plenario fue unitario y dominó el espíritu combativo que hay en las líneas; por escaso margen perdió la moción de invitar a la mesa de la conferencia de prensa previa a los delegados de Kraft, pero se votó la solidaridad que se hará expresa durante el paro.
Está pendiente, cada vez con más fuerza, el reconocimiento del sindicato, la reincorporación de los cesanteados, la promoción a nuevas categorías, la manipulación patronal de las licencias médicas y los accidentes de trabajo.
Y un dato para echar leña al fuego. Se cobró el sueldo con lo pactado entre UTA y Metrovías, y ha resultado un fiasco para la gran mayoría de los compañeros por su monto. Además, no pagaron el retroactivo y descontaron compulsivamente un aporte a la UTA.
Este aumento fue conocido estrictamente por el recibo de sueldo, puesto que la UTA ocultó, seguramente por impresentable, el acta correspondiente.
De esa manera, la UTA se fisonomiza cada día un poco más como un anti-sindicato y el Nuevo Sindicato como la fuerza obrera legítima de los trabajadores.

Círculos de Metrovías

miércoles, 7 de octubre de 2009

AHORA ES CUANDO

El paro de 6 a 9 resultó un éxito total, conmovió a la Ciudad y al movimiento obrero.

No queda nadie que no sepa que la patronal de Metrovías y el gobierno se niegan a reconocer a la única organización genuina: el nuevo sindicato basado en los delegados elegidos masivamente por las bases.

Nadie puede dudar que la patronal de Roggio pacta con la UTA, un sector descompuesto que se dedica a realizar atentados ―como la quema de vagones en la línea D, o la rotura de vidrios en Constitución― para desprestigiar a nuestros legítimos representantes.

Es como en Kraft-Terrabusi: la patronal impide el ingreso de los delegados electos, pero acepta a los deletruchos de la patota de Daer.

Lo que sucede es que la huelga de Kraft puso en la agenda nacional nuestra lucha como una agenda de toda la clase obrera: la lucha por un nuevo sindicalismo de base, de lucha, de clase, independiente del poder político de las mafias y patotas sindicales.

Hoy somos uno solo: los obreros petroleros del sur, los azucareros de Salta, los de la alimentación, los del subte, los maestros y tantos otros.
El gobierno apuntó a distraernos y no pudo. Apuntó a quebrar por dentro la huelga de Kraft y no pudo; tuvo que mandar la infantería como lo había hecho con nosotros.

Pero esos métodos no pueden parar el proceso conciente del movimiento obrero. Las mafias de los Zanola, los Moyano y los Fernández están expuestas.

Los Yasky también, porque en 40 días de huelga, la CTA tampoco movió un dedo por Kraft, como no lo movió nunca por el Subte.

El gobierno que busca disfrazar su vuelta al FMI, a los tarifazos e impuestazos con una tramposa ley de medios, tiene a la CGT y a la CTA buscando “despejar” de conflictos para ir a apoyar al gobierno con dicha ley de medios.

Lo que alumbra en el país es una nueva etapa, para los trabajadores y para todo el movimiento popular.

Inmejorable oportunidad.

Vamos con un paro que abarque a todos los turnos!!!

Asambleas en todos los sectores. Reconocimiento YA del sindicato de los trabajadores y su Cuerpo de Delegados.

- ATM -
Agrupación Trabajadores de Metrovías




jueves, 1 de octubre de 2009

Gran triunfo en la Línea B

Con un paro fulminante y total del sector tráfico, los trabajadores de la Línea B lograron que la patronal levantara una sanción arbitraria y punitoria a un reconocido activista, conductor, muy querido por todos los compañeros.

La patronal ha tomado el hábito perseguir con arbitrariedades y sanciones a delegados y activistas que responden al nuevo sindicato del subte. Por ejemplo, no permite que los delegados legítimos del nuevo sindicato cambien de turno con otros compañeros, como se hace en toda la empresa. En cambio, los “deletruchos”, colocados de prepo por la burocracia de la UTA, tienen permisos y todo tipo de prerrogativas.

La sanción en cuestión tuvo como pretexto que el compañero advirtió a los pasajeros, por altoparlante, que había demoras ocasionadas por desperfectos técnicos. Totalmente reglamentario y fundamental para que no se carguen todas las demoras a la cuenta de los “conflictos gremiales”, como hace la empresa.

El compañero se negó a firmar la sanción y se presentó en su turno habitual. Al no dejársele subir al tren, los delegados presentes, en rápida consulta con los trabajadores, paralizaron el tráfico de la B y de 5 a 8 de la mañana, hora en la que la patronal levantó la sanción y se retomó el servicio.

Una muestra contundente del espíritu que reina en la base del subte y de cuáles son los métodos para frenar la persecución patronal, e incluso para lograr el reconocimiento de los delegados genuinos: la acción directa. Fue importante también la columna de más de un centenar de compañeros en la marcha de la CTA.

En el terreno del plan de lucha general, un paro de 6 a 9 de la mañana resuelto para este jueves, como continuidad del plan de lucha hacia el reconocimiento de la nueva organización, fue levantado ante la convocatoria a una reunión por parte del jefe de gabinete del Ministerio de Trabajo. Hubo opiniones divergentes sobre la oportunidad de levantar la medida. Hay una larga experiencia sobre las maniobras dilatorias del ministerio.

En cualquier caso, con el resultado de la reunión en la mano, un plenario general de delegados tendrá que resolver los futuros pasos a tomar. La huelga de Terrabusi y la actitud del gobierno en línea con Kraft, la Embajada yanqui y los “bomberos” Daer y Moyano, dan la pauta de que habrá que reforzar la lucha para arrancarle la inscripción al gobierno y el reconocimiento a la patronal, la aliada más tenaz de UTA.

Corresponsal