miércoles, 4 de julio de 2007

Quedaron ganas de ir por más

UN BALANCE NECESARIO PARA PREPARAR LAS PRÓXIMAS LUCHAS

Durante la semana pasada, el Cuerpo de Delegados y el conjunto de los compañeros terminaron de realizar asambleas en las líneas y talleres del Subte, para debatir la situación y los pasos a seguir luego de que la UTA y el gobierno firmaran un “acuerdo” salarial a mitad de la discusión, desconociendo a los paritarios de base de Subterráneos.

El aumento, tal como lo firmó la UTA, dejó a la categoría básica (compañeros de limpieza y auxiliares de estación) por debajo de la canasta familiar. Además, en el mejor de los casos, sólo empata la inflación calculada para el año (18%), mientras que la propuesta inicial planteaba una recuperación. Por último, en el reordenamiento de la escala, los guardas quedan por debajo de lo que correspondía.

La actitud frente al gobierno

El carácter desparejo del aumento (que se comenzó a cobrar con adicionales retroactivos) y las vacilaciones del Cuerpo de Delegados en encarar un plan de lucha progresivo cuando los ánimos estaban calientes, determinaron que los trabajadores consideren momentáneamente cerrada la discusión del salario y se planteara la necesidad de establecer un balance.

Un debate central fue cómo debemos pararnos los trabajadores frente al gobierno y sus apretadas; hubo sectores, fundamentalmente dentro de la propia dirección del conflicto, que evitaron confrontar desde un principio por considerarlo perjudicial.

Con la posición de que “tenemos al gobierno en contra, no podemos ir contra todos”, el Subte jamás hubiera podido conquistar ni las seis horas (recordemos el veto de Ibarra y la represión frente a la Legislatura), ni los aumentos anteriores que superaron los topes y elevaron la antigüedad, ni hubiéramos conseguido el pase de los tercerizados a convenio que se hizo enfrentando no sólo al Ministerio sino incluso a la Guardia de Infantería de Kirchner.

Tomada impuso una conciliación antes de que hubiera ningún conflicto, luego permitió una agresión en regla de la dirección de la UTA contra los delegados en el propio Ministerio, para terminar llamando a la empresa (el día del paro) a “tomar medidas” contra los trabajadores en huelga (de boca de la propia viceministra de Trabajo, Noemí Rial).

Ningún reclamo puede ser encarado bajo la idea de “evitar” confrontar con el gobierno; ahí está para probarlo el conflicto de Foetra, que se encuentra empantanado desde el propio sindicato por esta razón.

La propuesta de “20% más ítems” (que encerraba una propuesta de aumento muy superior) tenía el sentido de evitar este enfrentamiento y adaptarse a un “tope salarial” del gobierno que se consideraba que iba a estar en esa cifra. Existía la ilusión de obtener un triunfo sin conflicto.

El “dibujo” del 20% no evitó que el gobierno realizara una campaña difamatoria contra los trabajadores, les impusiera la conciliación, llamara a la empresa a tomar represalias, etc. Incluso terminó siendo un factor de confusión entre los propios trabajadores y de cara a la opinión pública. Para que el reclamo recibiera el visto bueno del gobierno tenía que ser a la baja.

Las luchas se ganan contra el gobierno, como lo demostraron los pibes del Casino, los compañeros de Parmalat, Interpack, Perfil, los docentes de Santa Cruz, los petroleros del sur y tantos ejemplos más.

Es fundamental este balance en el Cuerpo de Delegados y su activismo.

La próxima etapa

Con el inicio del reclamo salarial, quedaron pendientes puntos clave: la bolsa de trabajo, la modalidad de ascensos y promociones, y los comités de seguridad e higiene.

Esto ahora es decisivo, por un lado por la Línea H y las nuevas extensiones que plantean ingreso de personal, y por el otro porque la patronal está largando una serie de cursos para ascensos que pretenderá realizar en forma discrecional y utilizarlo como arma de división, mientras los trabajadores reclaman que se respete la antigüedad y no se discrimine a ningún compañero. Es fundamental que los reclamos por el tema asensos no los demos dispersos por líneas como en otras ocasiones, sino que los encaremos unidos.

Por otro lado, está en discusión el pase a Metrovías de compañeros tercerizados de Metropolitano y CAF, a quienes deben respetarles la antigüedad, las condiciones de trabajo y la representación gremial, por lo cual debemos velar el conjunto de los trabajadores del Subte.

Sobre la base de este balance, de la contundencia que mostró el paro contra el acta inconsulta, y de las reservas de lucha de los trabajadores del Subte tenemos que encarar la próxima etapa.