jueves, 8 de agosto de 2002

Las seis horas exigirán un "piquetazo"

El pasado miércoles 31, debía iniciarse el debate en Comisión de los proyectos de ley que plantean la reducción de la jornada laboral a seis horas en el subte porteño. La reunión fracasó por falta de quórum: sólo estuvieron presentes Altamira y dos diputados vinculados a distintas vertientes del justicialismo. En cambio, faltaron la UCR, el Frepaso, el ARI y el derechista "interbloque porteño". En la frustrada reunión se hizo presente una importante delegación del Cuerpo de Delegados de Metrovías y parte del secretariado de la UTA. Aunque los diputados justicialistas Rodríguez y Fernández intentaron "disculpar a sus colegas", es evidente que las ausencias están ligadas a los planteamientos que los diferentes bloques comienzan a delinear respecto de las seis horas.
En los nueve meses transcurridos desde que los proyectos de Altamira y Puy se presentaron, la Legislatura ignoró olímpicamente su tratamiento y contenido. Pero desde las marchas de los trabajadores del subte a la Legislatura, los bloques patronales de ésta se han lanzado a un verdadero "festival de proyectos" respecto de esta cuestión. La frepasista Morresi se ha inscripto con un "pedido de informes" al Ejecutivo, para que "establezca su posición" respecto del grado de insalubridad de las tareas en Metrovías. Un paso más "adelante", el radicalismo presentó otro proyecto pidiéndole al Ejecutivo "que declare la insalubridad". Es decir que rechazan una resolución legislativa sobre el punto, y se la endosan al Ejecutivo, a sabiendas de que el área de Trabajo de la Ciudad ya ha señalado su oposición a declarar la insalubridad.
Finalmente, Enrique Rodríguez ha presentado un proyecto casi calcado del de Altamira, con la sola diferencia que somete el control de las condiciones de higiene y seguridad a una comisión mixta obrero-patronal; en cambio, el del PO plantea una comisión integrada exclusivamente por trabajadores, defendiendo por lo tanto el principio del control obrero sobre las condiciones laboral es.
La proliferación de proyectos, después del prolongado silencio, está expresando la formidable presión que el plan de lucha de los trabajadores del subte está ejerciendo sobre la Legislatura y sus partidos. Pero el carácter distractivo y hasta engañoso de la mayoría de ellos refleja, a su turno, el empeño de todos ellos por dejar a salvo el cuadro de superexplotación laboral impuesto junto con las privatizaciones menemistas. En definitiva, se trata de los bloques políticos que llevaron adelante las sucesivas "reformas laborales" que terminaron, entre otras conquistas, con la de la insalubridad para la mayoría de los gremios.
Frente a las dilaciones, el reclamo de los trabajadores del subte es claro: que la Legislatura sancione las seis horas en forma incondicional. Es decir, sin subordinarla a "dictámenes" previos por parte de la autoridad laboral. Para ello, el Cuerpo de Delegados de Metrovías marcha a profundizar el plan de lucha en curso. El miércoles 7, día previsto para reconvocar a la fracasada reunión de la Comisión Legislativa, los compañeros preparan una gran movilización dirigida a quebrarle el brazo a las maniobras y postergaciones.


M. R.

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